A veces necesitas parar para ver qué está pasando, en qué estás fallando, cómo mejorar, cómo crecer...
Hoy quiero hablarte precisamente de eso, de la Filosofía Slow y su importancia en la educación de nuestros hijos.
Hoy quiero hablarte precisamente de eso, de la Filosofía Slow y su importancia en la educación de nuestros hijos.
Ya conocéis el lema de este curso en nuestros colegios de la Consolación:
"¡Stop! Vive la experiencia"
Se trata de un lema muy apropiado y que esperamos nos haga reflexionar a todos, grandes y pequeños, y que hace referencia a esa filosofía de vida que mencionábamos.
Pararnos, ralentizar, disfrutar es tan necesario si tenemos hijos como
si no, pero cuando tienes hijos aprendes a ver lo rápido que pasa la
vida, lo rápido que vamos nosotros mismos... Cuando nos queremos dar
cuenta nuestros niños tienen 2 años y medio, casi tres... ¿Dónde está mi
bebé? Ese que ayer olía a vainilla y tenía mejillas sonrosadas en el
hospital.
En una sociedad acelerada dominada por las prisas es necesario a veces parar. Pon en práctica la filosofía slow
de la lentitud para aprender a vivir de forma pausada: saborea los
alimentos con calma, disfruta de una buena siesta, sal a pasear, date
atenciones… Una vida slow te permitirá observar, valorar y aprender a ser feliz con poco, apreciando las pequeñas cosas de la vida que cuando se va deprisa ni se miran.
La idea no es hacernos lentos y perezosos, si no priorizar,
escoger lo que hacemos y disfrutar del proceso (como hacen los niños).
Si vas a cocinar pon pasión y disfruta de ese momento. Incluso si vas a
limpiar la casa (pon música y deja que tu niño te ayude y se convierta
en un momento especial)...
Se trata de poner pasión, atención, a lo que hacemos y DISFRUTARLO.
Se trata de poner pasión, atención, a lo que hacemos y DISFRUTARLO.
9 claves de la filosofía de vida slow
- Conduce tranquilo. Sal de casa con tiempo para poder desplazarte tranquilamente sin prisas ni agobios. ¡Evitarás tensiones al volante!
- Come despacio. Tómate tu tiempo en la mesa, nade de comer de pie y deprisa. Mastica despacio y degusta cada bocado. Y si estás en compañía aprende a comer disfrutando de una conversación relajada.
- Felicidad simple con todo. Las pequeñas cosas pueden alegrarte el día. Un día soleado, el olor de las flores, una sonrisa... ¡Quédate con eso! Y de pequeñas alegrías harás una gran felicidad.
- Satisfacción con la vida. No te frustres con lo que no tienes y aprecia lo que tienes. Piensa en aquí y ahora, y dísfrútalo.
- Paso a paso. No quieras hacerlo todo a la vez. Haz una lista de prioridades y empieza paso a paso, terminando cada uno, hasta el final.
- Menos la pantalla. Pasa el tiempo justo necesario frente al ordenador, la tablet, el móvil... La vida real está fuera de la pantalla y te está esperando.
- Presta atención al entorno. ¡Puedes encontrar cosas maravillosas!
- Aire fresco del exterior. Sal de la oficina y de casa y disfruta de un paseo slow. Respira profunda y lentamente el aire, ¡siéntete vivo!
- Practica la meditación/oración. Dedica un momento en el día a ti, a la relajación y reflexión slow. El yoga y la meditación/oración te ayudarán a encontrar el equilibrio.