“Se
cuenta que un rey tenía que firmar una sentencia de muerte, el
condenado había pedido que le perdonaran, pero la sentencia decía:
“Perdón imposible, que cumpla su condena”. En el momento de la
firma, el rey se sintió magnánimo y quiso salvar al condenado.
Entonces cambió de lugar la coma: “Perdón, imposible que cumpla
su condena”.
Me
parece que, con esta introducción, poco me queda que decir a mí.
Hablamos
siempre de la importancia de escribir correctamente y nos quejamos
porque, hoy en día, cada vez encontramos más textos en los que los
signos de puntuación, la acentuación, las diferencias de b
y v,
etc., se ningunean y se olvidan. Pues
bien, aquí tenemos un libro estupendo, pero muy, muy estupendo, para
ayudar a los niños en estos menesteres.
Recuerdo
que, cuando era pequeña, siempre me hacían mucha gracia los ejemplos
que ponían los profesores para explicar la coma. Por eso, cuando
descubrí un álbum ilustrado lleno de ejemplos de este tipo me
pareció que no podía dejarlo pasar y por supuesto, hace tiempo que
descansa en mi estantería (aunque sale muy a menudo porque me
encanta).
Un montón de frases ingeniosas y casos simpáticos acompañados de las inconfundibles ilustraciones de Emilio Urberuaga (conocéis a Manolito Gafotas, ¿no?) dan como resultado un libro muy divertido y agradable que enseña mucho, hace reír y está lleno de colores.
Perdón imposible, que cumpla su condena. |
Un montón de frases ingeniosas y casos simpáticos acompañados de las inconfundibles ilustraciones de Emilio Urberuaga (conocéis a Manolito Gafotas, ¿no?) dan como resultado un libro muy divertido y agradable que enseña mucho, hace reír y está lleno de colores.
Creo
que enseñar a nuestros niños a escribir correctamente y a saber
expresarse es un regalo que les hacemos para el futuro, ¿qué mejor
manera de empezar a entregar ese regalo que con otro regalo en forma de
cuento? Si no lo conocéis echadle un vistazo, seguro que os gusta.