La noche ha ido muy bien. Al principio, pese al cansancio, queríamos más fiesta... pero al final nos quedamos dormidos.
Por
la mañana, entre los compañeros más tempraneros y la música, nos
levantamos con alegría para un desayuno completo, recogida de la
habitación y dejando las maletas preparadas.
Sin perder ni un minuto, continuamos descubriendo cada rincón de la
huerta o curiosidades de la granja: juegos conjuntos, taller para
realizar un ambientador, dar de comer a los animales, etc.
¡Qué bien lo estamos pasando!
(Disculpad por la baja calidad de las imágenes)
Volvemos a casa y, aunque nuestros papis nos están echando
muchísimo de menos, nos da pena dejar este entorno "tan chulo". Además
de todo lo que hemos aprendido sobre el campo y el cuidado de los
animales, nos hemos divertido mucho, alimentado muy bien, entretenido
todo lo que hemos podido...
Además, estos días nos han servido para conocernos más y convivir entre los compañeros de las cuatro clases.
¡Esto hay que volver a repetirlo!