Con la llegada de las vacaciones llegan los irremediables deberes de
verano. Hemos elaborado una lista de los que pensamos que serían los
mejores deberes.
Río Mijares, Montanejos (Castellón) |
Una de las actividades privilegiadas
del verano es bañarse en una de las muchas piscinas naturales que nos
brinda la naturaleza. Con esta actividad, además de disfrutar del momento de
ocio que nos ofrece el hecho de sumergirse en el agua, podemos aprender
innumerables conceptos sobre el medio como pueden ser: el ciclo del agua, la
diferencia entre el agua dulce y el agua salada, que es un manantial, etc.
2.
Ver una puesta de sol o un amanecer
Observar una
puesta de sol o un amanecer puede ser una de las experiencias más
significativas para los pequeños, ya que es una de las formas más visuales de entender
el paso del tiempo, además de permitirnos ver in situ el paso del día a
la noche o viceversa. Este hecho suele pasar desapercibido para los más
pequeños, que sólo diferencian la claridad del día y la oscuridad de la noche,
sin pararse a analizar cómo ocurre.
3. Buscar el carro de la Osa Mayor
Una de las
actividades que suele gustar especialmente a los niños es aquella que les
permite observar las estrellas. Aquellos que viven en grandes ciudades no
tienen la oportunidad de disfrutar de una noche estrellada debido a la
contaminación luminica por lo que suele ser un gran descubrimiento. El carro de
la Osa Mayor es uno de los conjuntos de estrellas más fáciles de localizar, por
lo que es una buena opción para buscar. Con esta actividad, además de iniciarse
en conocimientos de astronomía, trabajamos la concentración y los
ciclos temporales.
4. Dar forma a las nubes
A mi
entender esta es una gran actividad para realizar en familia. Con ella
trabajamos la concentración y ponemos en marcha nuestra capacidad
de análisis de los conocimientos previos. Además, nos permite disfrutar del aire libre y
nos ayuda a poner en marcha la imaginación.
5. Visitar un museo de “prohibido NO tocar”
Museo de Las Ciencias Principe Felipe - Valencia |
Los museos
concebidos como espacio para mostrar obras de arte no suelen resultar
atractivos a la mayoría de los niños. Por eso una buena opción para los peques
suelen ser los museos dónde la manipulación y la experimentación les muestran
de primera mano nuevos saberes. El “Museo Príncipe Felipe” de Valencia y el
“Cosmocaixa”de Barcelona son un claro ejemplo de este tipo de museus; en ellos
los niños aprenden nociones de astronomía, biología, ecología, arte, etc.
de
una forma muy significativa.
6. Enterrar los pies en la arena
Cuando
hablamos de percepción sensorial somos conscientes de que debemos abarcar las
diferentes formas de percibir lo que ocurre a nuestro alrededor. El problema
viene cuando al pensar en tacto centramos nuestras actividades en las manos,
por esta razón, cualquier actividad que trate la percepción sensorial a
través del tacto sin utilizarlas es digna de poner en práctica.
7. Preparar helados
La cocina es un hábitat a menudo
desconocido por los niños, a pesar de que es un gran laboratorio de
experimentación. Muchos padres son reticentes a que los niños cocinen por miedo
a quemaduras o cortes, pero si preparamos un helado a base de nata y sirope,
sin necesidad de hervir, hornear o cortar no tenemos excusa para que nuestros
peques no cocinen. Con esta actividad hacemos partícipes a los más pequeños de
las responsabilidades de la casa, como lo haríamos al encargarlos de poner la
mesa o hacerse la cama.
8. Plantar semillas
Es una
actividad genial para entender como nacen y crecen las plantas. Para ello
debemos plantar la semilla, de forma que los niños vean el proceso y el paso de
tiempo.
9. Pintar un cuadro
Pintar un cuadro, con su lienzo y
sus pinturas plantea al niño dos tareas nada fáciles. Por un lado precisa de
una gran creatividad y por otro de una gran ejecución. En primer lugar el niño
debe plantearse aquello que quiere pintar y luego debe trabajar con una técnica
desconocida hasta el momento.
10.
Ver una ciudad a vista de pájaro
El verano es
una gran ocasión para descubrir una ciudad desde arriba. Cuando paseamos por sus
calles no somos conscientes de las dimensiones que la ciudad puede alcanzar y
una forma de hacerlo es poder verla entera desde algún mirador, el campanario
de la ciudad o el último piso de la torre más alta del pueblo. Además, esta
actividad nos permite empezar a reconocer “mapas” mucho antes de entender su
concepto.
Estos
deberes sí que son “guays”...
Desde Un rincón del cole os deseamos a todos
Desde Un rincón del cole os deseamos a todos
¡¡Felices vacaciones!!