Recuerdo
aquellas muñecas recortables que casi todas las niñas tenían guardadas en cajas
de madera, de metal, junto con los cromos de flores, ángeles, animalitos...
Todas las hermanas mayores de mis amiguitas tenían un buen surtido de estas
muñecas, supongo que porque no había demasiado de las otras y costaban mucho más
baratas. Nos gustaba vestirlas, desvestirlas, y pensar que eran auténticas
muñecas de plástico, no simplemente un papel coloreado.
El tiempo ha
pasado y ahora las muñecas recortables han quedado para coleccionistas, pero de
colección o no, ¿verdad que son graciosas?
Seguro que vuestras niñas también disfrutaran si las imprimís y jugáis con ellas: