martes, 2 de marzo de 2021

¿Equinocio o equinoccio?

 


Durante el año, nuestro planeta da vueltas alrededor del astro, lo que hace que se acerque y se aleje de él. Un movimiento que se acompaña con otro: la rotación que hace la Tierra sobre sí misma. 

Pero la Tierra no gira recta, sino que está levemente inclinada a 23,5º (lo que provoca que haya día y noche, así como que ocurran en momentos diferentes según la parte del globo en la que estemos).

Cuando la Tierra tiene su eje más inclinado hacia el Sol es cuando se produce el solsticio de verano. Por el contrario, el de invierno ocurre cuando esa “cara” de la Tierra no está de frente.


Si las estaciones fueran un viaje, el equinoccio sería una parada a mitad de camino. El hemisferio en el que nos encontramos no está ni cerca ni lejos del Sol. Cuando está cerca, los días duran más, el sol se pone más alto en el cielo y disfrutamos del verano. Cuando es invierno pasa lo contrario: los días se ponen grises, el sol dura menos y las noches son más largas. Sin embargo, el equinoccio es diferente: pasa en primavera y en otoño, y el día dura casi lo mismo que la noche, porque, como decimos, está justo en medio.


Durante los equinoccios la luz solar alumbra por igual tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur y es la única vez en todo el año que sucede.