El abrazo es una manifestación de amor, cariño, cercanía, de vínculo para quien lo expresa como para quien lo recibe, pues es una especie de alimento emocional del ser humano. Cuando se siente ese contacto físico, que se expresa con cariño, respeto y voluntad, el individuo recibe beneficios al dar y al recibir. Un abrazo es la máxima expresión de fraternidad, te da seguridad, energía, te estimula el cerebro y te sube el ánimo.
Una conocida psicoterapeuta estadounidense, Virginia Satir, afirmó: “necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir. Ocho abrazos diarios para mantenernos y doce abrazos diarios para crecer”. Puesto que los niños están en continuo crecimiento, está claro que un niño necesita 12 abrazos al día.
¿Qué siente un niño cuando le abrazan?
- Siente que es querido por sus padres.
- Refuerza su fortaleza.
- Le confiere mayor seguridad de sí mismo.
- Favorece su autoestima
- Se siente un niño feliz.
- Mejora sus capacidades de relacionarse con otros niños.
- Mejora su empatía.
- Previene rabietas y enfados.