martes, 21 de marzo de 2017

Niños con problemas de atención, hiperactivos (II)

En varios posts hemos hablado de los hiperactivos y de los niños con problemas atencionales. Hoy nos toca dar unas pautas para mejorar su atención y su aprendizaje.

En clase el niño debe sentarse cerca del maestro , lejos de estímulos distractores y entre niños tranquilos. El niño debe tener sólo los materiales que requiera para realizar la actividad.

Dar órdenes muy simples, breves, y secuenciales . Para los más pequeños ayuda tener carteles con dibujos que indiquen la secuencia de actividades a realizar.

Mantener un contacto visual con el niño. éste lo debe estar mirando cuando le da la instrucción. Pedirle que fije su atención en lo que se hace o muestra.

Espererar que finalice una actividad antes de encargarle una nueva, no permitir que deje las cosas a medio hacer. Por lo mismo, es necesario secuenciar y graduar las tareas para que vayan de lo más simple a lo más complejo y reforzar cada uno de los pasos que debe cumplir. Pedir todo a la vez, le desmotivará porque no puede realizarlo.

Alternar el trabajo que se debe hacer sentado con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco.

Reforzar a los niños en sus logros académicos y conductuales, concentración y control de impulso, como por ejemplo, dándole ánimos continuamente, una palmada en el hombro, una sonrisa ante cualquier esfuerzo que presenta (por pequeño que sea).También es bueno el reconocimiento o halago público: comentarios positivos en alto, una felicitación de la clase, etc.

Prestarle atención positiva antes que limitarse a hacerlo callar y reprenderlo, cuando quiere llamar su atención o la de sus compañeros interrumpiendo o
preguntando cosas fuera de contexto. Atender la pregunta del niño, pero inmediatamente, dirijirlo hacia un tema de interés para todo el curso o pedirle que solucione un problema, indicándole qué debe hacer. Por ejemplo, si el niño dice “Hace calor”, se le puede contestar “Sí, hacer calor, ¿Podrías abrir esa ventana?”. De esta manera, la atención del niño se focaliza hacia la resolución de un problema.

Establecer límites claros y sin excepciones, puesto que estos niños necesitan de reglas y una rutina predecible. Por lo mismo, es recomendable definir con anticipación cuáles son las reglas, así como las pautas de trabajo, dónde se guardan los materiales, rutina diaria, etc.

Atender las necesidades del niño en forma oportuna. La postergación de la satisfacción de las necesidades lo lleva a ser más impaciente, irritable y con menos capacidad para esperar. Sin embargo, también es necesario que aprenda a esperar un rato corto, antes de atenderlo, pues la idea es que ésta sea oportuna y no inmediata. Tampoco es bueno prestarle atención cuando lo interrumpa o no lo deje conversar con otra persona. Exprésele que lo atenderá en un momento más

Desarrollar la paciencia y la perseverancia en los niños, motivándolos a realizar actividades que involucren destrezas motoras y relaciones grupales como armar puzzles, pasarse una hoja uno a uno con broches de ropa, trasvasijar, caminar sobre una línea o sobre un rectángulo dibujado en el suelo sin caerse, etc.

Fomentar la concentración en los niños utilizando material de apoyo concreto, ya que permite que se concentren más que en las actividades donde prima lo auditivo.
Reconocer y respetar la fatiga de los niños realizando varias actividades, pero cortas. Si bien el niño puede parecer físicamente inagotable, su capacidad de concentración ya está exhausta Pensar de antemano qué actividad puede hacer el niño si termina antes o si está muy fatigado para seguir ( leer un cuento, repartir materiales, comentar lo que hizo con un compañero más hábil, etc.).

Ser un modelo para el niño. Es importante que el maestro dé el ejemplo. Si actúa de manera impulsiva será muy difícil que sus alumnos sean pacientes.