Durante esta semana los alumnos visitan la imagen del Santísimo Crsito del Mar en la Capilla de San Pedro Apóstol.
Es por ello que queremos dejaros su historia, el por qué de esta gran devoción.
La historia de la llegada del Cristo del Mar a
Benicarló se remonta al 1648. Por aquella época el pueblo sufría una gran
epidemia de peste bubónica, y en aquella época también, había un italiano
llamado Cesar Cataldo que estaba preso por los piratas berberiscos en Túnez.
Cesar pensaba en escapar y no dejaba de pedir su
libertad. En la casa en la que estaba preso había una imagen de un Cristo a la
que Cesar le rezaba todas las noches pidiéndole su libertad y fortaleciendo su
fe. Tanto era así, que juró pasar el resto de su vida ayudando a los apestados
si al final conseguía ser libre.
Una noche, mientras dormía, César escuchó una voz que
le dijo que se dirigiese a la playa, donde encontró un bote. Cual fue su
sorpresa cuando, al subir, se encontró allí la imagen del Cristo al que tanto
le había pedido por su libertad. Se dirigió a un barco que estaba algo alejado
de la costa y este lo recogió y pusieron rumbo a España.
El barco, a la altura de Benicarló, paró rápidamente su
avance sin ningún motivo, y por mucho esfuerzo que hicieron los marineros para
continuar su camino, el barco se quedó inmóvil.
Los tripulantes decidieron desembarcar, y ya en tierra
se encontraron con el alcalde y el cura que les explicaron la epidemia que
asolaba Benicarló. Cesar, al haber hecho voto de ayuda a los apestados, volvió
al barco a por la imagen porque pensó que le podría salvar de la terrible
enfermedad.
Desde el momento en el que la
imagen tocó tierra, la peste desapareció de tal forma que ya no hubo ningún
nuevo afectado, ni defunción alguna de los que ya tenían la enfermedad.