Este año dedicamos el día de la madre a las mamás más viejecitas, aquellas que ya tienen el pelo blanco y no están tan ágiles como para jugar y saltar a la comba pero que siguen queriéndonos tanto como el primer día (o más).
Ya no son los hijos los que dependen de ella; es la madre la que depende de ellos en muchos aspectos. A estas madres va todo nuestro cariño y respeto.
Ya no son los hijos los que dependen de ella; es la madre la que depende de ellos en muchos aspectos. A estas madres va todo nuestro cariño y respeto.
No olvidemos nunca a la persona que nos dio la vida. ¡Gracias mamá!