La asertividad, la autoestima, la empatía y otras habilidades sociales
pueden practicarse y aprenderse de la misma forma que otros tipos de
conocimiento. No obstante, tradicionalmente no se ha tendido a darles la
atención que se merecen, razón por la cual en la actualidad pueden
llegar a ser competencias desconocidas y apenas desarrolladas en muchas
personas.
Ser emocionalmente competente es vital para el individuo y su vida en sociedad.
Uno de las primeras actividades que se pueden realizar con los más peques es la interpretación de los sentimientos y emociones que se expresan con la cara, de esta forma aprenden a comprender lo que siente el otro en situaciones reales de comunicación.
¡Ahora a trabajar con nuestros peques! A través de este vídeo pueden reconocer distintas emociones. ¿Empezamos?