miércoles, 19 de noviembre de 2014

Ponerse en los zapatos de otro (2ª parte)

¿Cómo se desarrolla la empatía?
Como seres humanos, nacemos con la capacidad de ser empáticos, pero esta capacidad se va desarrollando a lo largo de la vida a medida que adquirimos determinadas habilidades. Estas habilidades se aprenden en la relación con los demás. Es por ello que los adultos y personas cercanas a los niños y niñas son fundamentales para este desarrollo, ya que serán las primeras relaciones y vínculos que establezca el pequeño.

  • En el primer año de vida, los bebés se relacionan con los demás de forma sobre todo instintiva, por necesidad. Pero no son capaces de distinguir su propia identidad (no se reconocen como personas), ni tampoco la identidad de los demás (no los reconocen como personas diferentes)
  • En torno al año, van adquiriendo conciencia de su propia persona y empiezan a distinguir a los demás como realidades distintas de la suya.
  • Más o menos entre los dos y los tres años, tienen la capacidad de comprender que los demás tienen sus propios sentimientos, que son diferentes de los de uno mismo. Entran en un proceso en el que poco a poco van entendiendo como sienten y cómo actúan los demás.
  • Alrededor de los 6 años, dan un paso más y llegan a comprender que las demás personas tienen una historia propia. Esto es muy importante porque pueden entender que un enfado de un momento, puede venir por un mal día.
  • A partir de esta edad, poco a poco van comprendiendo como son los demás y como se sienten, en un  proceso continuo de interacción, imitación y observación de los otros.
  • A los 10 años ya pueden entender perfectamente a los demás y ponerse en el lugar de los otros. Aunque aún así, seguirán dando más importancia a sus propios sentimientos y pensamientos. La comprensión del otro es sobre todo emocional, entienden como se sienten los demás, pero aún les costará comprender lo que puede estar pensando la otra persona, cual es su estado interno.
  • En los años próximos a la adolescencia en torno a los 14 años, serán capaces de ponerse en el lugar del otro y de comprender lo que siente la otra persona y lo que puede estar pensando. En estos momentos es importante prestar atención a la autoestima de los adolescentes, y fortalecerla. Es muy probable que si la autoestima no es adecuada al tratar de interpretar lo que piensan los demás, se interpreten pensamientos negativos contra la propia persona.