Es una
época en la que los niños desarrollan su potencial, su carácter y su
autonomía. Comienzan a tener ideas propias. Aunque los amigos empiezan a
representar un papel más importante, la familia y los padres siguen
siendo los referentes. El estar expuestos a otros adultos significativos
(profesores, compañeros de otros cursos, entrenadores, etc.), enriquece
su mundo y amplía sus posibilidades.
Desarrollo - ¡Cómo crecen y qué capacidad de aprender!
Los niños empiezan a leer, escribir y a manejar conceptos. Se abre un mundo apasionante ante ellos. Tienen mucha curiosidad y aprenden muy deprisa.
Autonomía- Se van haciendo mayores, con ideas propias y son más responsables.
Hay
que dejar que coman, se bañen y se vistan solos. Pueden elegir su ropa y
es aconsejable implicarlos en las tareas domésticas (estirar la cama,
recoger su cuarto, echar la ropa a lavar, poner y quitar la mesa, etc.).
¿Qué actitudes-habilidades debemos tener como padres?
Fundamentalmente dos: estar orgullosos de ellos y quererles por lo que son y ejercer roles de "adulto" porque amigos ya tienen y a nosotros nos necesitan como padres.