martes, 31 de octubre de 2017

Técnica del sándwich para cambiar la conducta de los niños

En esta entrada queremos compartir lo que nos enseña Estefanía Esteban, redactora de GuiaInfantil.com

No hay nada que desespere más a los padres que un niño rebelde que no quiere cambiar su comportamiento: que pega a otros niños, que desobedece constantemente.... Sin embargo, sí tenemos una herramienta muy útil (aunque pocos la conocen): 'la técnica del sándwich', una técnica que no se basa en los castigos, sino en el poder de los elogios. ¡Sorprendente!

Los 3 pasos de la técnica del sándwich para cambiar el comportamiento de los niños  

La técnica del sándwich se basa en conseguir un cambio mediante una crítica constructiva. Antes de lanzar un mensaje negativo al niño, debes suavizar ese momento con un elogio y terminar con un mensaje positivo. La psicóloga Elia Roca explica que para conseguirlo, debemos respetar estos 3 pasos: 
1. Un elogio sincero. Antes de lanzar al niño la petición de un cambio de conducta, debes empezar por un elogio, corto y sincero, que el niño pueda entender. Por ejemplo: 'Ya sabes que te quiero mucho' 'Tienes unas cualidades maravillosas...'
2. Petición del cambio de conducta. Después del elogio, es el momento: debes plantear la necesidad de que cambie de conducta. Para ello, espera unos segundos desde que lanzaste el elogio y añade un 'pero'... 'Ya sabes que te quiero mucho, pero...' A continuación hazle llegar tu deseo de que quieres y necesitas que cambie de conducta: 'Ya sabes que te quiero mucho, pero...necesito que cambies y dejes de pegar a otros niños...' Después de hacerle llegar tu petición, debes explicarle por qué: 'Necesito que cambies y dejes de pegar a los otros niños porque cuando lo haces, les haces daño'... Y a continuación le dices lo que necesitas que haga: 'Me gustaría que a partir de ahora dejes de haces eso'...
3. Agradecimiento. Siempre hay que terminar con un mensaje positivo, por eso, después de pedir el cambio de conducta, debes terminar agradeciendo algo, utilizando para ello 'aunque': 'Aunque te agradecería mucho que siempre que te sientas furioso, me lo digas'.
Sin duda, una técnica positiva, que refuerza la autoestima del niño, le hace sentir importante, le incentiva a tomar decisiones y le otorga responsabilidad sobre sus actos.