Para que el niño coja bien el lápiz
primero lo invitamos a pensar en cómo realizar la pinza, tenemos que
tener en cuenta que cogemos el lápiz con los dedos pulgar e índice, como
si realizáramos el piquito de un pájaro y después lo apoyamos sobre el
dedo corazón. El lápiz se sostiene utilizando los dedos pulgar, índice y
apoyándolo en el corazón (entre los dedos pulgar y corazón, y sobre
aquél se coloca el dedo índice, que ejerce una ligera presión). Los
dedos que toman el lápiz deben estar convenientemente separados de su
punta, de manera que quede espacio para los dedos anular y meñique, lo
que permitirá a la mano moverse con comodidad.
La postura tiene que ser la correcta,
sin tensiones en los hombros o los brazos, para ello los sentaremos
derechitos en la silla, con la espalda recta y los pies pegados al suelo
(cuando sea posible ya que a esta edad…), la mesa no debe ser ni
demasiado alta ni demasiado baja. Con la otra mano sujetaremos el papel y
comenzaremos a colorear sin salirse, para ello empezamos por los bordes
y seguimos siempre la misma dirección: izquierda-derecha o arriba y
abajo.
En casa y en el cole intentaremos evitar
posturas inadecuadas (os aseguro que no es tarea fácil), tomando
correctamente el lápiz y manteniendo el cuerpo y el papel en la posición
debida. Necesitamos que mantengan el hombro fijo mientras mueven el
codo y la muñeca de la forma adecuada. Además sus ojos deberán seguir lo
que vaya haciendo su mano.
Podemos usar el siguiente truco:
Y ahora...¡a practicar!