El dibujo es el medio a través del cual el niño expresa sus emociones. Si sabemos observarlo, podemos interpretar la personalidad del niño, saber lo que le sucede en un momento dado, y así poder comprenderle y ayudarle.
El test del árbol es una manera simple y poco
intrusiva de que los niños (también los jóvenes y adultos) proyecten
cómo se ven a ellos mismos y en relación con el mundo exterior. Así que
si queréis conocer mejor a vuestros hijos, sólo tenéis que pedirles que
realicen el dibujo de un árbol.
Si dibuja un árbol con muchas ramas refleja un deseo de expansión y si lo dibuja sin hojas indica lo contrario.
Con muchas hojas lo dibujará el niño confiado, optimista y sociable.
Si el tronco es alto, largo y derecho refleja una fuerte personalidad, soltura y actividad. Por el contrario, el tronco delgado y encorvado son propios de niños sensibles, refinados y poco activos.
Dibujar un árbol con raíces que se hunden en el suelo reflejan necesidad de apego e instinto vigoroso; y si lo dibuja sin raíces, mala inserción en la familia, en la sociedad.
Por último, dibujar un árbol con las hojas caídas indica melancolía, inestabilidad y nostalgia.