“¡Se te va a caer!, ¡te vas a caer!, ¡lo vas a romper!, ¡lo vas a
malograr!” Papás y mamás, tengan cuidado con jugar al brujo, al
adivinador, al profeta, al que sabe el futuro de esa forma tan negativa.
Resulte lo que resulte siempre va a traer un resultado nocivo: si no
sucede lo que el padre dice, este pierde autoridad innecesariamente; si
sucede lo que el padre ha predicho, el hijo acaba convenciéndose de que
es un inútil.