Ves el anuncio en la
tele y ¡zas!, los pelos como escarpias. Es matemático, si en la tele salen
anuncios de champú antipiojos, no hay duda,
esos pequeños bichejos están haciendo de las suyas y además a mansalva.
Si ya has sufrido alguna invasión piojil y sabes de lo que
va el tema, es normal que cuando hueles que es época de piojos todos tus
sentidos se pongan en guardia y no dejes de observar a tus hijos.
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¿Te has rascado la cabeza?
-
No, no, mamá, sólo ha sido un poquito, de verdad
que no me pica.
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¡Te has vuelto a rascar la cabeza, te he visto!
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Si sólo ha sido detrás de la oreja…
-
¡¡¡Detrás de la oreja!!!...¡Ven inmediatamente
que te revise la cabeza!
-
¡¡Jooooo….!!
La primera vez que te pasa, te pilla de sorpresa, no tienes
ni idea, y claro, pasa lo que pasa, que cuando te vienes a enterar , los piojos
no sólo han creado una nueva civilización en la cabeza de tus niños, si no que
además han colonizado otras cabelleras, como la tuya y la de tu marido.
Pero…¿Qué sabemos de los piojos?
Unos de los más asiduos
visitantes de los colegios de todos los países del mundo, año tras año, son
unos "bichitos" llamados piojos, que acostumbran a instalarse como
inquilinos por un tiempo en las cabezas de cualquier chico o chica (y también
mayores) que primero se les pongan por delante.
Por supuesto, cualquier persona
puede contagiarse independientemente de su situación socioeconómica o de la
frecuencia de su higiene. Aunque momentáneamente no se esté infectado, mientras
alguien de nuestro alrededor los tenga, existe la posibilidad de recibir su
visita. Por eso es muy importante que todos y todas actuemos al mismo tiempo y
no nos descuidemos, revisando diariamente a nuestros hijos/as y tomando las
medidas necesarias. De no hacerlo, estos inofensivos animalitos seguirán
permaneciendo a gusto en nuestras cabezas y en las de nuestros familiares.