Los fracasos y las frustraciones son algo normal en la vida de las personas. Es fundamental que durante su desarrollo los niños, aprendan a superar estos aspectos de manera constructiva. Debemos enseñar a los niños a enfrentarse a
aquellas situaciones en las que se han equivocado y aquellas en las que
no se consigue lo que uno quiere.
A veces tratamos de evitarles el dolor y
las frustraciones, pretendemos hacerles felices dándoles lo que desean,
evitándoles las cosas malas, pero estamos equivocados. Una persona feliz no es aquella que no se equivoca nunca o aquella que siempre consigue todo lo que quiere.
Si les evitamos las
frustraciones, llegara un día irremediablemente en el que tendrán que
enfrentarse a esto y no podrán hacerlo porque no tendrán los recursos
emocionales para ello.
Debemos ver la frustración y los errores
como parte de la vida, y por lo tanto es nuestra responsabilidad hacer
que los más pequeños estén preparados para ello. Enseñarles a aprender
de sus errores, a afrontar los fracasos y superar la frustración, a
conseguir sus metas y a esforzarse para ello.