La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico que afecta a la adquisición del conocimiento sobre los números y el cálculo en el marco de un nivel intelectual normal. Se estima que afecta a una de cada 20 personas -como la dislexia, que es más conocida-, habiendo además gran comorbilidad entre ellas, esto es, alumnos que presentan los dos trastornos.
Hay que aclarar que la discalculia no proviene de la pereza, de la falta de motivación o de inteligencia. También que tener dificultad para las matemáticas no implica tener discalculia. Hay otras causas que pueden generar que una persona tenga dificultad para las matemáticas, sabemos que las matemáticas SON difíciles, pero eso nunca debe ser una excusa para el que las enseña.
La discalculia puede presentarse de forma muy heterogénea pero, en general, los niños con discalculia experimentan dificultades con los aspectos más básicos del procesamiento numérico y del cálculo. La edad ideal para detectar un problema de discalculia está entre los 6 y los 8 años, pero los primeros síntomas pueden aparecer en infantil.
Como digo, conviene detectarla cuanto antes, porque, como en tantos otros trastornos del aprendizaje, la atención temprana es esencial.
En infantil:
- Problemas para aprender a contar. No recordar el orden correcto. O si se le pide una cantidad concreta de unidades que tome un puñado, sin seguir ninguna estrategia de conteo.
- Dificultad para entender conceptos como “mayor” y “menor”
En primaria
- Dificultades para identificar símbolos aritméticos.
- Dificultad para aprender y recordar hechos numéricos (por ejemplo: 3+7, 4×3).
- Seguir usando los dedos para contar.
- Problemas con las representaciones visuales-espaciales de los números, como las líneas numéricas.
- Dificultad para entender el valor posicional de los números (unidades, decenas, centenas).
- Problemas para escribir los números o para ponerlos en la columna correcta en cálculos escritos.
En secundaria
- Problemas para aplicar los conceptos matemáticos al dinero, incluida la estimación del coste o del cambio.
- Dificultades para entender la información que se muestra en gráficos o tablas.
- Dificultad para comprender los razonamientos en varios pasos.
- Problemas para encontrar diferentes enfoques para el mismo problema matemático (falta de flexibilidad mental).
- Dificultad para medir los ingredientes en una receta simple o líquidos en una botella.