lunes, 7 de enero de 2019

¡Feliz 2019!

Esperamos con la llegada de este año un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una libreta en blanco que rellenar siempre "mirando el lado brillante de la vida". 
Y ahora el nuevo año marca el inicio de una nueva etapa en la que debemos trabajar por mantener todo lo bueno que nos ha pasado en el año que nos deja. Y sumar más cosas que nos hagan felices y que nos hagan sentirnos todavía mejor. Un nuevo año en el que también aprenderemos de las dificultades que se nos presenten.


Y para  recibir 2019  reproduzco un cuento escrito por Pancho Aquino para niños de 8 a más de 100 años:

“Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
– ¿Qué hay de nuevo? -preguntó un ángel pelirrojo, recién llegado.
Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad…- contestó el ángel más viejo. Y bueno, todas esas son cosas muy importantes. Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? – preguntó el más joven y entusiasta de los ángeles.
¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? – preguntó el anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta los últimos minutos del último día del año. Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía: “Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con más maestros, con más escuelas y con menos pobres. Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace. Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad”.
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.
Y tú, ¿qué vas a hacer por tu felicidad en el Nuevo Año?