Niños que no paran quietos, que no
pueden estar sentados más de un minuto, que lo tocan todo, que no se
entretienen con nada, no prestan atención, son muy impulsivos, o tienen
problemas de aprendizaje… ¿Son estas las características de la
hiperactividad?
Hasta los cinco o seis años es difícil y
controvertido asegurar que un niño es demasiado movido, al ser algo
propio del crecimiento.
El proceso de aprendizaje del niño
incluye interés y curiosidad por todas las cosas, atención a todos los
estímulos… es lo que evidencia que está aprendiendo, aunque para los
padres no deje de ser agotador.
La paciencia es la base de todo. Aun así, en caso de duda, se recomienda acudir a un especialista en la materia.
Técnicas para mejorar el rendimiento escolar en niños hiperactivos
Padres, a entrenar.
Acordar pautas que animen al niño a mejorar su comportamiento y
autoestima, evitando enfados, gritos y amenazas. Es muy positivo
consultar con profesionales de la conducta para reforzar las normas de
convivencia, premios por buen comportamiento, orden, rutinas,
disciplina, motivación...
Profesionales de la salud, nada de autodiagnósticos. Sólo cuando un especialista en psiquiatría diagnostique hiperactividad, se podrá recurrir al tratamiento adecuado.
Niños y niñas.
A medida que el niño hiperactivo crece, los problemas de atención
suelen afectar a su rendimiento escolar. Por ello es vital:
- facilitarle el tiempo de estudio y seguir muy de cerca su evolución en la escuela. Ofrecerle un lugar adecuado, silencioso y bien iluminado para estudiar.
- Evitar distracciones como música, ordenador y teléfono en la zona de estudio.
- Ayudarle a planificarse marcando objetivos concretos y a corto plazo.
- Enseñarle a hacer esquemas y resúmenes para ayudar a mantener la concentración.
- Una lista de tareas para ir tachando al acabar es muy motivadora.