Navegando por la red hemos encontrado este reportaje que creo os encantará. Leerlo detenidamente porque seguro que os gustará y os será útil.
En la entrada de hoy quiero abordar el tema de la pérdida de un ser querido, pero de una manera que creo que puede ayudar a entender a los niños que dicha pérdida, la pérdida de un ser querido, no está exenta de vida y de recuerdos. Y lo haré con la ayuda de un vídeo que me ha emocionado profundamente y que hoy quiero compartir contigo para que tengas la oportunidad de trabajar y reflexionar sobre la pérdida de un ser querido desde una perspectiva diferente.
En la entrada de hoy quiero abordar el tema de la pérdida de un ser querido, pero de una manera que creo que puede ayudar a entender a los niños que dicha pérdida, la pérdida de un ser querido, no está exenta de vida y de recuerdos. Y lo haré con la ayuda de un vídeo que me ha emocionado profundamente y que hoy quiero compartir contigo para que tengas la oportunidad de trabajar y reflexionar sobre la pérdida de un ser querido desde una perspectiva diferente.
Son poco más de tres minutos de duración que te dejarán sin aliento, que te llenarán de una honda emoción.
Cuando la vida pende de un hilo.
Los personajes del vídeo-clip
Los personajes
tienen una humanidad que pone la piel de gallina. Son seres sin rostro,
pero dotados de movimiento y, más aún, de sentimientos y de vida.
- La chica que baila. Seguramente es el personaje más rompedor del vídeo-clip y que más se presta a interpretaciones. ¿Qué hace una personaje bailando y contoneándose sin control aparente? Se trata de una chica que podría encajar perfectamente en una discoteca. Pero esta chica no está en una discoteca. Esta chica baila en un fondo blanco que irradia una luz cegadora. Para mí representa la vida y la muerte al mismo tiempo, el más allá visto no desde el dolor, sino desde la vida hecha baile y movimiento. La chica baila porque está viva, como vivo es el recuerdo que se tiene ante la pérdida de un ser querido. Para mí la chica que baila es algo así como la muerte viva.
- La persona postrada en la cama. La persona postrada en la cama tiene una enorme carga emotiva. Se trata de una persona cuya vida sí pende de un hilo, una vida que está a punto de desvanecerse, un hilo que está a punto de cortarse. No se sabe si es hombre o mujer, si es joven o vieja o si está enferma. Esta ambigüedad es algo muy interesante porque permite situarla en diferentes situaciones y escenarios a la hora de trabajar la pérdida de un ser querido con niños. Dicha persona tiene el enorme privilegio de compartir su último suspiro con un ser muy querido, un ser que se resiste a perderla, un ser que le coge la mano, que le acaricia la cara. Esta persona postrada en la cama descubre que se le acaba su vida en el momento en el que ve desaparecer su propio cuerpo.
- La persona que acompaña a la persona postrada en la cama. Esta persona que acompaña a la persona postrada en la cama respira ternura por los cuatro costados. Simboliza y representa la importancia del acompañamiento en los últimos minutos de vida. Una persona capaz de apretar la mano y de acariciar con ternura la cara de la persona postrada en la cama. Una persona que se resiste a la pérdida de un ser querido, que lucha por la vida, que lucha contra la muerte, que lucha contra los caprichos de la chica que baila y que tira fuertemente del hilo de la persona postrada en la cama. Esta persona se aferra a la vida de la persona a la que quiere tirando de la cuerda de esa persona con fuerza, impidiendo que su cuerpo se desvanezca por completo. Esa es la encarnizada lucha que mantiene con la chica que baila, la chica que tiene en su mano la vida de la persona postrada en la cama.
La aceptación de la muerte.
El momento en el que la mujer postrada
en la cama coge la mano de la persona que la acompaña en sus últimos
momentos es realmente desgarradora. La persona postrada en la cama
acepta su muerta, acepta su destino desde la calma y sabiendo que vivirá
sus últimos instantes acompañada de un ser querido, un ser a quien
cogerá de la mano y con el que compartirá sus últimos instante de vida.
En ese momento la manta que cubre a la persona postrada en la cama se
hace a un lado para que las ambas puedan compartir lo más juntas posible
esos últimos comentos. Y hacerlo pudiéndose mirar a la cara, como si
cada una de ellas quisiera grabar para siempre en el recuerdo ese
instante tan especial. En ese momento en el que ambos aceptan la pérdida
es cuando vemos a la persona que acompaña a la persona postrada en la
cama sostener en su regazo lo poco que le queda de vida a la persona
postrada en la cama.
La muerte como nacimiento.
Muere la persona que está postrada en la
cama, desaparece su forma, desaparece un ser querido, pero el propio
hilo de esa persona sirve para crear otra vida, la vida de un recién
nacido que lo primero que hace es agarrar con su diminuta mano el pulgar
de la chica que baila. Es un bebé nacido del recuerdo.
La persona que acompañaba a la persona
postrada en la cama abre sus manos y deja que ascienda el hilo, la vida
de esa persona con la que ha compartido los últimos minutos. Acaricia
ese hilo, llora su pérdida y su desaparición, pero permite que se vaya,
permita que ese hilo de la persona postrada en la cama ascienda hacia lo
más alto para así poder transformarse en recuerdo.
En ese momento es cuando muere la persona y nace su recuerdo.
Cuantas más veces miro el vídeo-clip,
más matices y significados le encuentro. Creo que este vídeo de
animación es una excelente oportunidad para trabajar la pérdida de un
ser querido en edades tempranas e incluso me atrevería a decir que
también podría servir con adolescentes.
¿Qué se le puede enseñar a un niño acerca de la pérdida de un ser querido?
- La importancia de acompañar a un ser querido en los últimos momentos de su vida.
- La importancia del contacto físico hacia esa persona mediante una caricia, sosteniéndole la mano o mirándola fijamente a los ojos.
- Aceptar la pérdida de un ser querido no como un final, sino como el inicio de un recuerdo vivo.
- Recordar que las personas nunca mueren si somos capaces de recordarlas.
- Cuando llega la pérdida de un ser querido, nace como si fuera un
bebé su recuerdo. Y como a un bebé, a ese recuerdo hay que cuidarlo,
mimarlo y alimentarlo para que crezca fuerte y sano.
- La muerte no tiene por qué estar llena de oscuridad, también puede ser un camino de luz, un camino que ilumine el recuerdo ante la pérdida de un ser querido.
- La vida de cualquier persona pende de un hilo. Por tanto, hay que valorar cada momento que se pasa con las personas que se quieren.