Padre, madre, familiar o educador, en ti está la clave para que crean en su potencial. Si confías en ellos ya está hecho. Puedes transmitirle esa seguridad en sus capacidades de varias maneras, te explicamos cuales son las más efectivas:
“Tú puedes”
Anímalo siempre a hacer las cosas por sí mismo. Ayúdalo si es necesario pero, sobre todo, haz porque en cada intento lo haga con un poco menos de ayuda. Que vea que avanza y que tú sabes que lo terminará haciendo solo, aunque al principio no le salga bien, todo es cuestión de tiempo y práctica.
Interésate por sus cosas
Ya sean sus gustos, sus deseos, lo que le llama la atención, le da curiosidad o aborrece. Pregúntale, habla con él, comparte. Esta cercanía hará que se sienta querido y valorado. Reforzará su opinión y sus convicciones. Sin querer aprenderá a respetar las de los demás e incluso a comparar y cambiar si lo cree conveniente.
“Eres único”
No tiene que imitar a nadie, él es un ser diferente a todos y así debe verse y quererse para aprender a no tener miedo de expresarse o de actuar. El mensaje es que todos somos distintos y todos tenemos algo especial que nos distingue de los demás. Eso hay que potenciarlo, no que ocultarlo. Tanto física como mentalmente no hay nadie igual a nosotros y gracias a esa mezcla infinita el mundo se renueva y sigue adelante: con la aportación mágica de cada uno.
Siempre hay tiempo para empezar
Que pruebe, comience, inicie, sin miedo. Desde pequeños podemos hacer que sepan que en cualquier momento de la vida se puede cambiar y se puede empezar algo. Mostrarle ejemplos a su alrededor de gente mayor que estudia o que aprende a tocar un instrumento, personas que en cualquier momento inician un negocio o se mudan de ciudad. Lo importante es que tenga claro que cuando un camino se bloquea hay que tomar otro sin lamentarse, así como que cuando uno quiere algo lo puede intentar conseguir con voluntad.
Aprende de él
Escúchalo, de verdad. No descartes sus iniciativas, sus fantasías. Observa la vida a través de sus ojos y verás un mundo nuevo, diferente al tuyo, seguro que con más esperanza y optimismo. Nuevo y quizás con más posibilidades. Él sentirá que te inspira y crecerá en seguridad, confiando en su imaginación y en sus aptitudes. No hay mayor motivación que ver que lo admiras y aprendes de su actitud.
Nunca olvides que tus hijos nunca conocerán tu mundo ni tú conocerás el que van a vivir ellos, así que potencia su autoestima y haz que aprendan de las equivocaciones de forma natural, que es lo que los hará evolucionar sin miedo, adaptándose a las dificultades y creando nuevos caminos en los que alcanzar sus sueños.