Los celos entre hermanos suele ser una de las mayores
preocupaciones de madres y padres a la hora de educar. Resolver las
peleas, conseguir que se quieran y ayuden, ser justos con ellos y con lo
que necesitan y evitar las envidias y los celos es algo que nos puede
dar más de un dolor de cabeza.
Este genial corto
se adentra en el oscuro mundo de los celos entre hermanas y nos
recuerda una de las más importantes premisas de la inteligencia
emocional: cuando no escondemos la emoción, cuando la dejamos salir y
tomamos conciencia, podemos empezar a gestionar mejor la emoción y
evitar que esta nos domine. Y otra de las lecciones que encierra este
cortometraje es que las emociones son muy poderosas, que a menudo
decimos cosas llevadas por ellas, pero son pasajeras y no es bueno que
nos dominen, para lo que es necesario educarnos en las emociones.
Sin duda las emociones que circulan en una relación de hermanos son
muy poderosas y muchas veces contradictorias: amor, complicidad,
diversión, admiración, celos, envidia, ira, tristeza… ¿No sería
fantástico reconocer y expresar todas esas emociones, sin juzgarlas, en
lugar de guardarlas, como hace la protagonista de este cortometraje, en
un cajón y un diario cerrado con un candado?