Una maestra, Erin Kurt, durante 16 años mandó la misma tarea a sus alumnos para el Día de la Madre y del Padre. Pedía a sus alumnos que escribieran las cosas que realizan junto a sus padres y que les hace sentirse felices y amados.
Después de leer sus respuestas, ella se sorprende, al darse cuenta que
en todos los países que ha dado clases, los estudiantes decían las
mismas cosas y tenían el mismo mensaje: las cosas pequeñas que sus padres hacían eran las más significativas y las que más recordaban.